jueves, 17 de noviembre de 2011

17 de noviembre de 2011


Día de despedidas. Anoche estuve en un sitio que te encantaría: monólogos, música rock, buena comida, el público participando…Igual, hasta te hubieras arrancado…

El lunes me preguntaste qué sentía por ti. Siento que me has fallado. Yo vi algo muy especial en ti, pero supongo que me equivoqué.

El lunes te dije que lo único que quería de nosotros era: normalidad. También me equivoqué. No hay, ni hubo, nada normal entre nosotros. Tu lo dijiste: “fue distinto”.

Se que tu ex novia te quiere más que nunca ahora que sabe que ya no estamos juntos. Pero tú dijiste que ya no sentías nada por ella. Me volví a equivocar al creerte. “Ella es una santa”.- dices. ¿Y yo qué soy? ¿Un mártir?

El lunes dijiste que encontrarías un momento para llamarme hoy. Pero yo sabía que no lo encontrarías.

Intenté ser tu amiga cuando tenías pareja, aunque sabía que saldría herida porque mis sentimientos iban más allá. Intenté ser tu novia cuando así lo decidiste, pero nunca quisiste que participara en tu mundo. Intenté ser tu ex novia, la paciente que perdona todo lo malo y honra los buenos momentos; la que te deja en paz para que realices tu leyenda personal. Intenté ser sólo una persona que pasó alguna vez por tu vida, y te ofrecí normalidad. Nada de eso ha funcionado, y lo único que me queda por intentar, es no ser nada.

Hasta ahora, la única persona que me había fallado en el mundo fue una buena amiga que tuve y conservé durante 12 años. Tuvo un hijo y quiso que yo fuera su madrina. El día de Navidad decidió, por alguna razón que no entiendo, que no sólo no quería que fuese la madrina, sino tampoco su amiga. No se que ocurrió, sólo sé que me dolió infinitamente perder su amistad. Creo que muchas personas le habían fallado ya antes, y cuando nos distanciamos porque empecé a trabajar, me incluyó en ese grupo. Nunca quise perderla, y se que nunca le hice nada malo, pero nunca volvimos a hablar.

Esta situación me traumatizó, porque nunca la entendí. Y ahora se repite contigo. Se que, como yo, hay muchas personas que te aprecian y te quieren mucho, que te dan amor todos los días. Por algo será, ¿no?. Supongo que quién siembra, recoge; así que imagino que estás recogiendo los frutos de lo que a mí no me das.

Todavía no entiendo por qué a mi no. Será porque “fue distinto”. Escogí mal.

Estoy profundamente herida, pero con todo, me despierto cada día y quiero dar amor. No podría vivir de otra manera. Y así lo haré: me voy. Pido al Universo que no me vaya mal, que nada más me duela como estas dos personas que me rompieron el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario