domingo, 30 de septiembre de 2012

30 de septiembre de 2012


He vuelto a Madrid y a estas páginas, con una misión: lo único que quiero es ya cerrar esta historia por siempre.

No hay forma elegante de describir todas las razones por las que considero que este es el último capítulo. Mi compañero, amigo, y todas las cosas buenas que puede ser una persona respecto a otra, Pablo “2” me ha enseñado dos lecciones importantes este año:

1.  Hacer balance no siempre consiste en quedarse con lo bueno y dejar atrás lo malo; el pasado en el pasado. Es, más bien preguntarse ¿me compensa? Si la respuesta es sí, se sigue adelante. Si es no, se deja por imposible. La respuesta ha sido NO. ¿Razones? No es educado exponerlas. Supongo que las conoces, y si no, pues dejaré una pista para compensar tu falta valorativa: romper es doloroso pero honesto, igual que dejar ir; seguir cruzando la frontera por pura gracia o conveniencia significa dejar que alguien se desangre por pura gracia o conveniencia.

2.  Al final todo saldrá bien, y si no, es que no es el final.
Créeme Pablo “1”, este es el final que yo quiero.

miércoles, 15 de agosto de 2012

15 de agosto de 2012


I can try to think that what happened was just necessary,
I can forget that it hurt.
I can understand the rational sense of everything; instead of thinking that love is irrational magic.
I can get comfortable with the idea that there's a moment for everything, but then love wouldn't have to survive boundaries.
I can become to think like you, but It wouldn't be me.

And said: being yourself is the best way of being useful.

It is hard not to have your love everyday. And it is harder trying to feel good with yourself without someone to love, but yourself. But still, this is what I have, and if it just means that the only thing that I have is me, then take good care of it, otherwise will disappear.

domingo, 25 de diciembre de 2011

25 de diciembre de 2011

Es Navidad, tiempo de felicidad, de estar con la familia, los seres queridos, y hacer un poco de balance. ¿Qué puedo decir de este año? Complicado. Apasionante. Lleno de cambios.

Querido Pablo,

Tengo tantas ganas de escribirte hoy. De decirte, que a pesar de todo, no he dejado de pensar en ti ni un solo día.

Se que no te lo mereces, y q no sientes absolutamente nada por mi. Se q cualquier tipo de contacto q tengamos, me va doler, me va a decepcionar. Tenía claro que no iba a verte en Madrid, y sin embargo, solo pensar que estaría en la misma ciudad que tú, aunque sólo fueran 3 días, me puso a temblar. Vienen a mi todos los recuerdos de amor y dolor, las sonrisas pícaras, las miradas cómplices, las peleas, reconciliaciones, y los besos.

Se que tu no sientes nada de eso, y por eso, vuelvo a autoescribirme estos emails. Me gustaría tanto saber qué te he hecho para que no quieras recordarme, ni siquiera un poco, ni 5 minutos por Navidad.

En Miami, todo va bien, allí soy feliz. Te dije que sería felicísima porque es lo que quería, y estoy totalmente concentrada en ello. Me encantan mis compañeros, y mi compañero de piso es muy, muy especial. Ya tenemos mucha confianza. Me río todos los días muchísimo.

Mi familia se puso contentísima con mi llegada, y mi hermano pequeño…es lo mejor del mundo. Ahora tiene que llevar un corsé, porque tiene mal la espalda, pero él nunca se queja. A veces, nos pregunta si es inteligente; y siempre le decimos que es la persona más inteligente del mundo porque él siempre sale adelante sin dudar.

Pensé que había pasado página totalmente. Estuve con otro; y me gustó más de lo que pensaba. En el fondo, creo que puedo seguir adelante tranquilamente, pero yo, yo te extraño mucho. Muchas veces pienso que te encantaría lo que estoy viviendo; que serías igual de feliz que yo si lo vivieras tú. Y muchas veces pienso que me gustaría que fuésemos amigos para poder contártelo todo; y mis inquietudes, que cada día son más.

Recuerdo la canción “Con las ganas”, y la frase final que dice: “no se que acabó sucediendo…” Y yo me hago la misma pregunta constantemente. ¿Por qué ni siquiera normalidad? ¿Por qué te gusta que te quiera todo el mundo menos yo?

No es el momento, y no estás sentimental, pero hay una película que me gustaría que vieses, aunque  sólo sea por la banda sonora. Las canciones de piano, te encantarían.


http://www.youtube.com/watch?v=RKMbP2nfcY4&feature=related


Me repito en voz alta lo tonta que soy por seguir pensando así de ti. Había una vez alguien que me tocó el corazón, y ese fuiste tú. ¿Quién eres ahora? Ni idea.

martes, 29 de noviembre de 2011

28 de noviembre de 2011


“Pies para que os quiero, si tengo alas para volar” – Frida Kahlo.

Llegué a Miami, me adapté rápido, conocí a la gente que me acompañará en esta nueva etapa y, con ellos, fui a México. Parece mentira todo lo que he hecho en apenas unos días sin escribir.

Son personas muy diferentes a mi, con unas ideas y personalidades que me resultan extrañas después de que tú y yo “tuviésemos tanto en común”. Me encantará poder aprender de ellos. Siempre me digo: aprende, disfruta, pero no pierdas el foco de quien eres. Y así, la búsqueda espiritual continuó en México.

Dormíamos en Polanco; vivimos fiestas en Condesa; corrimos riesgos en barrios desconocidos hasta llegar a los conocidos; cantamos con mariachis en la plaza Garibaldi; visitamos el centro histórico, la zona sur, Tlalpan, Coyoacan (donde residió Frida Kahlo con su amor Diego Rivera); y respiramos aire fresco azteca sobre las pirámides de Teotihuacan. Allí arriba, desde el Sol puede verse la Luna, más allá del camino de los muertos. Civilizaciones antiguas que, a pesar de sus actos bélicos, no dejaban de creer en una causa común a todas las personas que hoy pueblan el mundo: el amor. Cada 52 años se lo demostraban a los dioses que adoraban y, en su honor, levantaban una montaña que jugase con las líneas de la naturaleza que ese mismo Dios había creado. Por eso, no son pirámides o tumbas, son un tributo, las casas para sus dioses.

Estos días parecía que la Fe había dejado de ser importante: todo es química, naturaleza, me dijeron. Sin embargo, resulta curioso como poco a poco volvemos a nuestro ser más profundo; igual que los mejicanos se encargan de arrancar las hierbas que cubren sus pirámides para recordar lo que un día fueron. Entre las pirámides de la Luna y el Sol, se pueden ver unos diez montículos de hierbas, que seguramente esconden más regalos. Ellos así lo creen, y por eso, no dejan de trabajar para desenterrar lo que piensan que son pirámides; si no lo hicieran, toda la gente sólo vería montañas. Creó que volveré a verlo dentro de unos años.

Frida Kahlo y Diego Rivera no hacían una bonita pareja. También fue una relación muy peculiar; pero todas las extravagancias de su amor fueron plasmadas en los poemas previos a su muerte. Directamente desde el corazón: “Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar”. “Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior” – Frida Kahlo.

“La felicidad suprema del vivir es el amor en todas su formas” – contestó él.

jueves, 17 de noviembre de 2011

17 de noviembre de 2011


Día de despedidas. Anoche estuve en un sitio que te encantaría: monólogos, música rock, buena comida, el público participando…Igual, hasta te hubieras arrancado…

El lunes me preguntaste qué sentía por ti. Siento que me has fallado. Yo vi algo muy especial en ti, pero supongo que me equivoqué.

El lunes te dije que lo único que quería de nosotros era: normalidad. También me equivoqué. No hay, ni hubo, nada normal entre nosotros. Tu lo dijiste: “fue distinto”.

Se que tu ex novia te quiere más que nunca ahora que sabe que ya no estamos juntos. Pero tú dijiste que ya no sentías nada por ella. Me volví a equivocar al creerte. “Ella es una santa”.- dices. ¿Y yo qué soy? ¿Un mártir?

El lunes dijiste que encontrarías un momento para llamarme hoy. Pero yo sabía que no lo encontrarías.

Intenté ser tu amiga cuando tenías pareja, aunque sabía que saldría herida porque mis sentimientos iban más allá. Intenté ser tu novia cuando así lo decidiste, pero nunca quisiste que participara en tu mundo. Intenté ser tu ex novia, la paciente que perdona todo lo malo y honra los buenos momentos; la que te deja en paz para que realices tu leyenda personal. Intenté ser sólo una persona que pasó alguna vez por tu vida, y te ofrecí normalidad. Nada de eso ha funcionado, y lo único que me queda por intentar, es no ser nada.

Hasta ahora, la única persona que me había fallado en el mundo fue una buena amiga que tuve y conservé durante 12 años. Tuvo un hijo y quiso que yo fuera su madrina. El día de Navidad decidió, por alguna razón que no entiendo, que no sólo no quería que fuese la madrina, sino tampoco su amiga. No se que ocurrió, sólo sé que me dolió infinitamente perder su amistad. Creo que muchas personas le habían fallado ya antes, y cuando nos distanciamos porque empecé a trabajar, me incluyó en ese grupo. Nunca quise perderla, y se que nunca le hice nada malo, pero nunca volvimos a hablar.

Esta situación me traumatizó, porque nunca la entendí. Y ahora se repite contigo. Se que, como yo, hay muchas personas que te aprecian y te quieren mucho, que te dan amor todos los días. Por algo será, ¿no?. Supongo que quién siembra, recoge; así que imagino que estás recogiendo los frutos de lo que a mí no me das.

Todavía no entiendo por qué a mi no. Será porque “fue distinto”. Escogí mal.

Estoy profundamente herida, pero con todo, me despierto cada día y quiero dar amor. No podría vivir de otra manera. Y así lo haré: me voy. Pido al Universo que no me vaya mal, que nada más me duela como estas dos personas que me rompieron el corazón.

lunes, 14 de noviembre de 2011

14 de noviembre de 2011


Una llamada más que correcta. Uno de mis sueños se ha hecho realidad; comienzo de una nueva vida en Miami, llena de oportunidades y nuevas ilusiones.

Algo cambió durante el viaje a Viena – sintió el guerrero de la luz.

La comunión con la naturaleza, los deseos transformados en luces de velas, los escalopines y albondiguillas que dieron de comer a quien más lo necesitaba, un email lastimero, la pasión de cinco jóvenes...Todo dio la vuelta.

Cambié yo, y sentí el cambio en ti (“Un guerrero de la luz siente el cambio del tiempo” – Paulo Coelho). Una llamada de dos personas que ahora se encuentran en un mismo punto del cosmos. Muchas historias compartidas como para dejarlas en España bajo la sombra del mal rollo. Sentí que no podía irme, dejar mis recuerdos empañados en tinieblas.

Puede que bajo el concepto del orgullo no se entienda que yo hiciera esa llamada; pero no soy racional, ¿recuerdas?. Me alegro mucho de lo que hablamos, de cómo lo hablamos, de cómo nos entendimos, de que nos reconciliamos.

Me voy. Tranquila y ensoñadora, como la Eva que conociste, y dejo al Pablo que conocí realizando su propia Leyenda personal.

Me alegro muchísimo. Gracias Pablo por hacerme sentir, que el día en que aposté, valía la pena.

Un beso.

domingo, 13 de noviembre de 2011

13 de noviembre de 2011


Fue un viaje con un final de gloria. Viena y Budapest, nuevos amigos, nuevos conocidos y reencuentros. Rodeados de belleza y de mucho, pero que mucho frío, cinco amigos recorrimos tierras cercanas en busca de paz. Pronto llegó, y pronto se tornó en celebración porque, esta vez sí, tenemos visado y tenemos un destino: Miami ha vuelto a estar en mi camino.

Cuando todo estaba perdido, mi piso en el mercado, sin coche, mis compañeros habían encontrado nuevos compañeros, y el futuro se veía oscuro, sin luces siquiera de corto alcance, pasó una estrella fugaz.

Hemos disfrutado, reído mucho y de nuevo, atraído las buenas vibraciones del universo. Una experiencia que se quedará en nuestros corazones como el viaje en que la ruleta de la fortuna nos volvía a llevar hacia arriba.

Querido Pablo, son tantas las vivencias que me gustaría contarte con alegría todos los días. No dejo de pensar en todo el mal que me has hecho y aún hoy, me pregunto por qué sigo esperando algo de ti.

Sólo una cosa me puso triste. Las fiestas, que deberían ser siempre simpáticas, me mostraron como dos relaciones también surgidas durante el máster, relaciones que un día envidié, no son lo que parecen. No tengo nada que decir, salvo que encima tengo que estar agradecida de no ser otra cornuda boba que cree que alguien la quiere de corazón cuando no es así. ¡Qué asco! ¡Cuánto engaño y qué poquito amor existe de verdad!

Estaba yo sumida en este pensamiento cuando, de repente, en un recóndito bar de Budapest, sonó esa canción que tuviste 50 días en tu cabeza. Nuestra canción. Antes de que los ojos se me volvieran vidriosos, pensé: “Vamos Eva, cierra la cajita”.