sábado, 22 de octubre de 2011

10 de octubre de 2011


Muchas personas son dejadas, al menos, una vez en la vida. Esta es mi primera vez, y parece que todo el mundo conoce el remedio a tan indeseada enfermedad: distancia, pérdida de contacto y tiempo.

Anoche soñé que tenías un accidente de moto…y fallecías. Lloraba en el sueño, y seguía llorando cuando me desperté, y en todo el día paré de llorar.

Hace poco que murió Steve Jobs y cuando vi el video del discurso en la ceremonia de graduación de Stanford (2005), recordé que ya había leído una parte, en tu ya olvidado blog. Se refería a su tercera historia, cuando dice que la conciencia de la muerte es la que hace que todo lo que no es importante a nuestro alrededor desaparezca. Y entonces, no hay razón para no escuchar a tu corazón.

Pero mi corazón ahora es deforme, va desde los pies hasta mi frente, y con cada latido, me tiemblan las rodillas. En mi vida normal, me habría sentido feliz de saber que mi corazón está hablando tan alto. Pero ahora, me siento desgraciada.

Siento pena por no poder controlar lo que siento hacia ti. Sé que si pudiera conformarme con tu amistad, sin esperar nada más, podría seguir hablando contigo cada día, estés donde estés. Te echo mucho de menos y me siento tonta por retirarte la palabra. Nos quejamos del destino cuando nos arrebata a un ser querido.

Perder a alguien y encima haberlo decidido uno mismo. ¿Me arrepentiré? Ya lo hago; pero es la medicina.

Necesito que llegue pronto el día en que no me duela haber entendido que nuestra ruptura es definitiva; que ya no me quieres más, y que no me vas a querer nunca. Y que ese entendimiento venga acompañado de una sonrisa por las cosas que podremos seguir compartiendo.

Te quiero Pablo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario