sábado, 22 de octubre de 2011

14 de octubre de 2011


Esta mañana estaba leyendo el último libro de Paulo Coelho, dejándome llevar por la magia, cuando un joven apareció bajo mi ventana. Con sus zapatillas desgastadas y una guitarra eléctrica empezó a versionar canciones de rock de épocas pasadas, de una manera acústica. Me emocioné. Otro soñador…

Entonces supe que el Universo lo había mandado allí, para que supiera que estabas conmigo. El amor es uno en tiempo y espacio. Quizá no lo entiendas, pero lo que significa es que es el AHORA lo que nos hace aprender de lo que fuimos y transforma lo que seremos; y mientras yo sienta amor, por mi, por mi vida, por mis seres queridos de ahora y siempre, y por ti, yo sé que puedo seguir adelante.

¿Por qué pienso que ese chico es una señal para volver a ti? Porque esta noche volví a tener el sueño del otro día. El sueño tenía dos partes: la primera, en la que mueres, y la segunda, en la que me encuentro contigo en un túnel de luz blanca y te pido que vuelvas a escribir. El otro día reparé sólo en la primera parte, y quizás por eso lo he vuelto a tener, para que preste atención a la segunda. Lo que conozco de ti me dice que llevas un tiempo no siendo tu mismo; pero también me dice que volverás a serlo. Otro soñador…

Estoy contenta, aunque me hayan retrasado el vuelo, otra vez, hasta el día 27; por algo será. Si no hubiera estado aquí hoy, no hubiera visto nunca este chico. Si no hubiera seguido mi camino cuando decidí hacer el máster, no te hubiera conocido. Y si no te hubiera conocido, no habría sabido yo lo que es amar en tiempo y espacio infinito.

Te he llamado, porque soy impulsiva, y me he topado con un nuevo jarro de agua fría de Pablo. ¿Sólo yo hice ese viaje a través de tus ojos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario